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Rescate

Los hombres que encontraron la muerte, cuando acudían a salvar vidas

A las labores de búsqueda de los dos miembros de la Cruz Roja panameña, que se fueron al precipicio con todo y carro, cuando un tramo de la famosa curva del Cebo, ubicada en la vía transístmica, se desmoronó por completo, también se sumaron homólogos de México, Costa Rica y Colombia.

Los cuerpos de dos rescatistas de la cruz roja fueron recuperados la mañana del jueves. Habían pasado cinco días desde que se iniciaron las labores de rescate. La tierra había sepultado al auto en que viajaban dos rescatistas de la Cruz Roja; Jorge Alemán y Fernando Jhonson, dos miembros que asistían al llamado de auxilio en la provincia Atlántica que se inundaba a causa de los aguaceros.

Ambos rescatistas iban en un pick up doble cabina acompañados por 4 de sus compañeros, al entrar en la “curva del cebo” la carretera empezó a desquebrajarse. Se sentía como iba cediendo el cemento, caían grandes trozos al precipicio que el conductor alcanzaba visualizar, al instante gritó a sus compañeros; “salten salten”.

Jorge veía como la carretera empezaba a rajarse y era muy probable que sus hendeduras arrastraran el auto al vacío. Y así fue, los cuatro pasajeros lograron seguir las indicaciones de Jorge, saltaron, se salvaron. Pero Jorge y Fernando no tuvieron suerte, la mitad de la vía prácticamente se desvaneció la precipicio, y los arrastró consigo hasta quedar sepultados por un alud de tierra que los hacía prácticamente imperceptibles al ojo. Estaban enterrados.

Los cuatro sobrevivientes prendieron la alerta entre sus homólogos que se trasladaron al punto para iniciar las labores de rescate.
No era fácil ubicarlos, era como encontrar una aguja en un pajar, y de noche peor, ni una luz, a oscuras. Desde ese momento no cesaron las labores de búsqueda, cuatro retroexcavadoras removían la tierra acumulada en un gran perímetro, pero nada.

Fue el jueves cuando empezaba la mañana, casi eran las 9, al momento en que una de las palas se topó con el chasis del carro. El trabajador se percató que había tocado el techo del auto que habían buscado por casi 5 días. De inmediato dio la voz de alerta, y quienes desde arriba vivían pendientes de los trabajos, bajaron para escarbar con pala. El auto estaba retorcido. Sus dos ocupantes estaban en sus sitios, uno en el volante, Jorge, el otro en el asiento del pasajero, era Fernando.

Se rompió el cerco de seguridad que se había instalado por precaución, todos los miembros de la cruz roja se abalanzaron a la fosa. Por fin daban con el auto, los rescatistas panameños y los extranjeros que vinieron de México, Costa Rica y Colombia siguieron los pasos de los nacionales, corrieron con emoción hacia el auto.

Entre toda esa gente, también iban los personeros del Ministerio Público. Así como ángeles de la muerte, venían con sus planchas para sacar los cuerpos. Muchos tenían esperanza hasta el último momento de encontrar vida, buscaban un milagro. Pero otros, un poco mas pesimistas o realistas, según el cristal con que se miren estos asuntos, ya venían preparados para lo irremediable.

Extrajeron del auto los cuerpos cubiertos de tierra, en ese momento sus compañeros se colocaron alrededor, aplaudían y se enfilaban simulando una calle de honor para iniciar la despedida in situ de dos de sus mas activos hombres, dos héroes nacionales.
Testigos que presenciaban el rescate aseguran que nunca habían visto tantas ambulancias en Colón, eran como 15 ambulancias manifestó uno de ellos.

Fue una gran perdida para la institución, se escuchan voces entrecortadas cuando sus compañeros hablan de quienes en vida compartieron tareas de rescate.

Fernando Jhonson trabajó muchos años en ingeniería municipal, era miembro del patronato de la feria de Colon, un hombre que siempre estaba listo para lo que fuera.

Jorge Alemán era miembro de la cruz roja desde hacía mas de 20 años, siempre fue miembro directivo, era un formador de unidades, un ejemplo de actitud, de iniciativa y de solidaridad. Adiós a los hombres que sin saberlo encontraron la muerte cuando acudían a salvar vidas.