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Cambio Climático

Las repercusiones de la variabilidad climática en Panamá

Sobre las implicaciones económicas del cambio climático, existen estudios muy completos que analizan las diferentes variaciones esperadas a través de diversos escenarios, usando modelos matemáticos y estadísticos de alto nivel. Se pueden nombrar, en este sentido, el reporte Stern y los elaborados por la CEPAL, donde se plantean los riesgos económicos de mantener el ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

 El cambio climático es una realidad que amenaza seriamente la sostenibilidad del desarrollo humano por sus múltiples impactos en los ecosistemas, la población y las actividades económicas, y debe ser visto como una realidad que cada día se hace más evidente.

El “Informe Stern sobre la Economía del Cambio Climático. 2007”, elaborado por Nicholas Stern, por encargo del gobierno del Reino Unido, señala que de permanecer inactivos, el costo del cambio climático equivaldrá a la pérdida permanente entre 5% y 20% anual del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. En contraste, si se toman acciones concretas -reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero- principalmente en los próximos 10 ó 20 años, este impacto económico se puede reducir a 1% de pérdida PIB global anual.

En cuanto a los estudios que se han desarrollado en la región, el informe de la CEPAL “La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe. 2010”, establece que en los países de la región el cambio climático supondría una pérdida del 1% del PIB anual entre los años 2010 y 2100, costo superior al porcentaje anual promedio que los gobiernos de esta área gastan en investigación y desarrollo (0,63% del PIB en 2007) y al presupuesto de la mayoría de los ministerios de medio ambiente.

Esta cifra sería mayor en los países de Centroamérica y el Caribe, con un costo acumulado para el año 2100 de aproximadamente 54% del PIB centroamericano de 2008, a valor presente, con una tasa de descuento de 0,5%.Este costo está relacionado con los impactos en cuatro áreas: agricultura, recursos hídricos, biodiversidad y aumento e intensidad de eventos climáticos extremos (gráfica #1).

Se estima que en Panamá las pérdidas en el PIB serán consecuencia del cambio climático en sectores productivos como el agropecuario, donde el aumento de la temperatura y cambios en el patrón de las lluvias, tendrán su impacto sobre la producción. O el turismo, donde el cambio en el uso de las tierras y menoscabo de la biodiversidad (pérdida de reservas naturales), sumado a daños de las zonas costeras y a la variación del clima, desincentivarán el sector turismo y afectarán también otros rubros de la economía.

Respecto al sector agrícola, en Panamá existen estudios donde la temperatura óptima de cultivo de algunos productos como maíz, arroz y banano ya ha sido sobrepasada, y donde la tendencia de producción para el futuro, como se puede observar en la gráfica #2-b, se estiman pérdidas entre 18% y 19% del PIB por el impacto del cambio climático de este sector para el año 2100, así se desprende del estudio “Panamá Efectos del Cambio Climático sobre la Agricultura. 2010”, publicado por la CEPAL.

Particularmente para Panamá, donde el sistema nacional de puertos registró un movimiento de 56,9 MM toneladas métricas (TM) en los primeros 3 trimestres del 2012, es importante planificar y adaptarse a distintos eventos como la subida en el nivel medio del mar, aumento en el oleaje y anomalías en la concentración de las lluvias, que puedan afectar al Canal de Panamá y al sistema de puertos en general. Así, en el sitio web de resultados http://www.c3a.ihcantabria.com (sección “Impactos” “Puertos”), se pueden observar diferentes consideraciones sobre la operatividad portuaria bajo condiciones ambientales proyectadas.

Existen también impactos económicos relacionados con el sector salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), muchas enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria y el dengue, son muy sensibles al clima y es de prever que se agravarán con el cambio climático. En Panamá, el “Estudio del cambio climático y su influencia en las enfermedades transmitidas por vectores”, realizado por el Instituto Conmemorativo Gorgas y SENACyT desde 2010, señala que los factores ambientales, como la variabilidad climática y los comportamientos poblacionales, han ocasionado cambios en los perfiles epidemiológicos de la población. Un ejemplo de esto es la interrelación directa del dengue con los episodios climáticos, particularmente con la precipitación pluvial, observándose que los años de mayor precipitación pluvial han coincidido con los años de mayor infestación del dengue en Panamá.

Las enfermedades re-emergentes y emergentes, el incremento de las crónicas y de patologías sociales, tienen un impacto no sólo en la salud de la población, sino además en las finanzas, públicas al aumentar la demanda de los servicios de salud en el sector público, que requieren de presupuestos cada vez mayores.

Por último, de acuerdo con el estudio “Natural Disaster Hotspots”, del Banco Mundial -que mide el porcentaje de su superficie terrestre, población y PIB en riesgo ante eventos naturales adversos- Panamá ocupa el puesto 14 entre los países con mayor exposición a amenazas naturales múltiples y es una de las naciones más afectadas por fenómenos climáticos extremos. El mismo estudio señala que nuestro país se ubica en el puesto 35 entre los que tienen riesgo relativamente alto de mortalidad a amenazas múltiples sobre su población. Los daños anuales se estiman en millones de dólares en pérdidas causadas por desastres asociados con inundaciones, deslizamientos, sequía y otros, que suponen una amenaza permanente para el Canal de Panamá y otras importantes fuentes de ingresos del país.

Los impactos y los costos asociados por los efectos del cambio climático pueden afectar el crecimiento económico sino se aplican las medidas de mitigación global, y si no se implementan los planes nacionales de adaptación y mitigación al cambio climático, así como las inversiones y soluciones tecnológicas, de forma integrada a los planes de desarrollo nacional, con miras a transitar por economías más sostenibles y bajas en carbono.

Es por esto que en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en Durban, Sudáfrica, a finales de 2011, se acordó que los países no Anexo I (países en desarrollo, como Panamá) tendrán que entregar a finales de 2014 el primer Informe Bianual con las acciones implementadas que contribuyan a dirigir el desarrollo hacia economías bajas en carbono.

El cambio climático debe ser visto no sólo como un factor de afectación ambiental, sino también como uno de afectación económica, dado que en términos fiscales constituye un pasivo público contingente que impactará las finanzas públicas de los gobiernos por varias generaciones.

Así, al entender al clima de manera más integral como un bien público, se pueden desarrollar planes económicos ambientalmente sostenibles que ayuden a revertir la pobreza en países en vías de desarrollo como Panamá y que, a su vez, ayuden a revertir también los efectos devastadores del cambio climático. De otra manera, se seguirá invirtiendo en atender sólo los efectos climáticos de manera reactiva.