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El Ejercicio y su corazón

Dr. Enrique José Mayo Di Bello / Sports & Health

(Ciudad de Panamá-ANPanamá). Los cambios que el ejercicio produce en el sistema cardiovascular son muchos, y pueden brindar grandes beneficios a la salud.

Desde el punto de vista fisiológico, existen abundantes adaptaciones bien descritas, que hacen que el sistema cardiovascular sea más eficiente al cumplir sus funciones y también logren cambios que protejan contra algunas enfermedades comunes de este sistema.

El sistema cardiovascular responde de manera predecible a las demandas del ejercicio. En general, la respuesta es directamente proporcional a las demandas de oxígeno de los músculos activos. Esto sucede a cualquier nivel de ejercicio, y la utilización de oxígeno aumenta linealmente con el incremento de la tasa de trabajo.

El gasto cardiaco

Es el volumen total de sangre que el ventrículo izquierdo bombea en un minuto y además es un determinante importante de la capacidad máxima de utilización de oxígeno de la persona. Al incrementar la tasa de trabajo, el gasto cardiaco aumenta en forma lineal, para así satisfacer la agrandada demanda de oxígeno, pero sólo hasta cuando se alcanza un volumen máximo (gasto cardiaco máximo).

Los patrones de distribución del flujo sanguíneo varían enormemente cuando se pasa del estado de reposo al ejercicio. Durante el reposo los músculos y la piel reciben sólo el 20% del gasto cardiaco. Cuando se inicia el ejercicio, más sangre es enviada a los músculos activos y luego, cuando la temperatura corporal empieza a elevarse, más sangre es enviada a la piel para su enfriamiento. En este proceso, tanto como el 80% del gasto cardiaco, puede ser derivado hacia la piel y a los músculos activos.

Presión Arterial (PA) durante el ejercicio.

Los cambios en la presión arterial también son significativos. La PA sistólica aumenta directamente con el ejercicio, alcanzando niveles máximos entre 180 y 220 mmHg, o un poco más alta en pacientes normotensos sanos. La mayor parte de este aumento, se debe al incremento del gasto cardiaco. Los pacientes hipertensos alcanzan niveles más elevados de PA sistólica durante el ejercicio.

Luego de la sesión de ejercicio, la PA cae a niveles por debajo de los que tenía previo al ejercicio, fenómeno conocido como "hipotensión post-ejercicio", esto puede durar 2 ó 3 horas. Los mecanismos exactos de esta respuesta aún no se conocen. Se cree que este fenómeno puede ser, en parte, responsable por los efectos benéficos del ejercicio para controlar la presión arterial.

A largo plazo, el entrenamiento aeróbico produce cambios significativos tanto en el sistema cardiovascular como en el respiratorio, en reposo y durante el ejercicio de cualquier intensidad. La magnitud de estas adaptaciones depende del nivel inicial de acondicionamiento de la persona, del modo, intensidad, duración y frecuencia y duración del entrenamiento.

Algunas adaptaciones del sistema cardiovascular:

•          El volumen latido aumenta durante el reposo al igual que durante el ejercicio (cualquier intensidad). Gracias a esto el corazón tiene que latir menos veces para bombear la misma cantidad de sangre. El corazón se hace más eficiente.

•          La frecuencia cardiaca disminuye en reposo y durante ejercicios submáximos, pero permanece igual en periodos de ejercicios máximos

•          El gasto cardiaco permanece igual en reposo y en ejercicios submáximos, pero aumenta sustancialmente (hasta 30%) a tasas máximas de ejercicio.

 

El aumento del volumen latido parece ser el cambio más notorio; varios factores contribuyen a este cambio, entre ellos:

•          Aumento del volumen plasmático

•          Aumento del volumen de final de diástole

•          Adaptaciones crónicas en la estructura del músculo cardiaco

También la PA muestra cambios durante el reposo y el ejercicio en todas las personas, pero la mayor disminución se ve en personas hipertensas. De modo que el ejercicio regular según se ha demostrado en los estudios clínicos puede disminuir el riesgo de varias enfermedades del sistema cardiovascular, como:

 

 

•          Hipertensión arterial

•          Enfermedad de las arterias coronarias (ateroesclerosis)

•          Infartos al miocardio

•          Falla cardiaca

•          Enfermedad arterial periférica (obstrucción de las arterias de las piernas)

Éxitos a todos y una larga y saludable vida.

Con información de Sports&Health.com