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Reflexiones para mejorar el desarrollo del mercado de valores panameño

 Juan Manuel Martans S*/ Para ANPanamá

noticiasanpanama@anpanama.com 

(Ciudad de Panamá-ANPanamá). A lo largo de los últimos años hemos observado que el mercado de valores panameño no ha llegado ni por asomo, a la profundización ni desarrollo que requiere un centro financiero como el nuestro: un recinto bursátil activo, en el que convergen muchos emisores y sobre todo donde interactúan muchos inversionistas comprando y vendiendo valores y en el que habría una gran gama de intermediarios de valores (bancarios e independientes) que operaran en el mercado local.    

La realidad es que tenemos un mercado de valores local poco profundo, muy ilíquido, con un pequeño número de emisores, en el cual no  interactúan muchos inversionistas que hagan ofertas de compra y venta de valores,  no hay precios de mercado (los deben fijar proveedores de precios) y en donde la gran mayoría de intermediarios de valores registrados opera desde Panamá hacia los mercados internacionales (y los pocos que operan en el mercado local pertenecen casi todos a grupos bancarios).

Las razones de la poca profundidad de nuestro mercado son ya conocidas: sistema muy bancarizado, relativa facilidad de acceso al crédito bancario y costos bancarios más baratos que hace inviable a muchas empresas financiarse en el mercado, percepción de que ser público permite perder el control de las empresas, mínimos de entrada muy altos para inversionistas que abren cuentas de inversión, poca educación bursátil, percepción de poca credibilidad del sector valores, casos de defaults y fraudes muy sonados, poca liquidez secundaria, etc.

Identificados estos obstáculos, podemos tomar los pasos correctos para desarrollar nuestro mercado de valores. Esto requiere de una estrategia público privada en la que tanto la industria bursátil como los reguladores y autoridades financieras tengan una misma visión sobre las acciones tendientes a desarrollar y profundizar el mercado local. Con esto no quiero decir que para incentivar su desarrollo hay que desregular el mercado ni crear incentivos de forma ligera puesto que sabemos serán mal utilizados y seguiremos sin un mercado real. Todo lo contrario, se trata de que la industria y las autoridades discutamos y aportemos ideas serias para desarrollar nuestro mercado y elaborar una hoja de ruta en la que se tomen pasos contundentes para llegar a este cometido, como lo han hecho otros países del área.  

Qué podríamos hacer como país:

Primero la integración: Propiciar la integración de nuestro mercado con otros mercados de capitales de la región, con lo cual crearemos una base más grande de emisores e inversionistas, profundizando la liquidez del mercado secundario, fijando precios de mercado y reduciendo costos de transacción.

Segundo, fondos de inversión: Incentivar la entrada de fondos de inversión que aglutinarán una masa de inversores mucho mayor que la de inversionistas individuales puesto que la entrada a fondos de inversión es bastante más barata que abrir cuentas de inversión individuales.

Como tercer punto, Educación: que los reguladores y universidades del país intensifiquen programas de educación bursátil a sus estudiantes e ir sentando las bases para que a futuro contemos con una población económicamente activa que entienda y crea en el funcionamiento de los mercados de los mercados de capitales más que las actuales generaciones.

Cuarto emprendimiento: Promover la canalización entre el emprendimiento o start-ups y su financiación a través del mercado de valores local.

Quinto,gobierno corporativo: incentivar que emisores de valores y agentes bursátiles cumplan (comprobadamente) con políticas de gobierno corporativo que protejan al inversor con lo cual se le imprime mayor confianza, fortaleza y transparencia al mercado y por ende se hace más atractivo;

Sexto, democratización de la propiedad estatal: está probado que la conversión de empresas públicas eficientes en sociedades por acciones en las que se coloque en el mercado local una porción participativa con derechos económicos y políticos (siempre que el Estado se asegure de mantener control y aplique políticas de gobierno corporativo) crea un sentido real y no etéreo de propiedad, pertenencia y confianza en empresas nacionales, lo que ha favorecido en el desarrollo de los mercados de capitales de la región;

Séptimo y por último y aunque suene a cliché, mantener estándares aceptables de regulación y supervisión y la certeza del castigo a quienes infrinjan las reglas.   

Estas son solo algunas ideas que podrían contribuir para desarrollar y profundizar nuestro mercado de valores y que se convierta así en una opción real de inversión para quienes cuentan con excedentes de recursos y de financiamiento para las empresas emisoras que necesitan expandirse o para emprendedores con alto potencial, convirtiéndose en motor de crecimiento económico. Lo cierto es que no existe un centro financiero mundial que no cuente con un mercado de valores medianamente profundo y desarrollado, y es por ello que tenemos una gran tarea por delante. 

El autor es consultor y exsuperintendente del Mercado de Valores.