Agencia de Noticias Panamá

Qué debemos saber de las promesas de dinero fácil y rápido

Juan Manuel Martans

noticiasanpanama@anpanama.com

(Ciudad de Panamá-ANPanamá). D.F.R.E de “Dinero Fácil, Rápido y Efectivo” era el acrónimo y slogan de una de empresa en el extranjero que prometía en un corto plazo ganar fácilmente mucho dinero. Esta entidad fue allanada por montar un esquema piramidal y miles de personas perdieron todos sus ahorros de vida. Estas estructuras han creado una verdadera crisis social en algunos países.

En 1997 en Albania aparecieron empresas financieras que captaban recursos de gran parte de la población por los altos rendimientos que prometían (hasta 30% de rentabilidad mensual) y que en un principio cumplían, pero al final resultó que operaban bajo esquemas piramidales y familias enteras, campesinos, comerciantes lo perdieron todo, y hubo entonces una verdadera conmoción social que los llevó a una guerra civil. 

El lector se preguntará cómo es posible que miles de personas en el mundo hayan caído en estos esquemas, incluido Panamá. Pues porque quienes están detrás de estas estructuras tienen un gran don de palabra de convencimiento, juegan además con la difícil situación económica que atraviesan las clases sociales marginales, quienes ven en estos esquemas una solución a su precaria situación, aprovechándose además de la ignorancia e ingenuidad de estas personas y a esto le agregamos algo de ambición y codicia que se ha observado ha sido el detonante en clases menos marginadas y más educadas que aun así se arriesgan y pierden sus dineros en estas estructuras.

Insistimos en la educación financiera como única forma de evitar ser víctimas de estos fraudes. Entregar 100 dólares a una persona que promete devolvernos en tres meses 120 ó 150, bajo la modalidad que sea, es una mera ilusión. No encontraremos jamás una explicación viable a una rentabilidad tan elevada. ¿Por qué?, porque los esquemas piramidales son financieramente insostenibles ya que no se fundamentan en una actividad económica que genere réditos, sino que se sustentan en captar cada vez más personas para pagar a los primeros y así va creciendo exponencialmente la base de personas que se deben captar para que la estructura siga funcionando. ¿Pero qué pasa ineludiblemente? Llega un punto en que ya no se puede captar tanta gente y se empiezan a oír rumores negativos, la gente empieza a desconfiar de la estructura, la gente deja de entrar a la pirámide y viene entonces su derrumbe. Los afectados serán siempre los últimos en haber entrado, así que mientras más haya durado la pirámide más gente se verá perjudicada. 

Recordemos siempre que el dinero lícito tiene un costo y es el producto del trabajo, del emprendimiento y de la actividad económica en los negocios o en las empresas. Si los bancos, cooperativas o los emisores de instrumentos financieros ofrecen rentabilidades promedio determinadas por las fuerzas del mercado (que generalmente llegan cuando mucho al 10% en periodos de mediano o largo plazo) y que siendo entidades robustas, que desarrollan una verdadera actividad económica, que cumplen con reglas de divulgación financiera y de gobierno corporativo y que mantienen índices mínimos de capital, solvencia y liquidez, mal haríamos en entregarle nuestro dinero a una persona o entidad no regulada sin ningún tipo de actividad económica sustentable y sin ningún tipo obligación de divulgación financiera, para que nos pague en el corto plazo rentabilidades muy por encima del sistema bancario o del mercado de capitales.

Siempre debemos tener una noción muy clara de las actividades que desarrollan las personas o entidades que nos ofrecen rentabilidades, por ello debemos investigar antes de entregar nuestros recursos quién nos ofrece estas rentabilidades, a qué autoridad y regulación está sometido, qué rentabilidades nos ofrece, qué explicación nos da ante rentabilidades más altas o a más corto plazo que la media del mercado y qué actividades económicas sustentan estas rentabilidades. Con este ejercicio podremos dormir más tranquilamente. 

El autor es asesor y expresidente de la Superintendencia del Mercado de Valores.