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Mejora a “Estable”, perspectiva del negocio bancario en Panamá

(Ciudad de Panamá-El Financiero) La firma calificadora Fitch Raitings mejoró a “Estable” las perspectivas para el sector bancario panameño en el 2018 como consecuencia de mejores métricas, indica en un informe en el que también se analiza la situación regional.

El reporte indica que la perspectiva de Fitch para el sector bancario de Panamá en 2018 es estable, misma que fue revisada desde una perspectiva negativa que prevaleció durante los últimos dos años, ya que la agencia no prevé un deterioro financiero material, aunque algunas métricas son más débiles actualmente debido a un entorno más retador.

Según Fitch, riesgos a la baja podrían surgir de cambios en el apetito de riesgo de los bancos que no coincidan con las regulaciones más estrictas y con la capacidad de los bancos para absorber los costos asociados. Fitch prevé que el sector bancario de Panamá consolidará y mantendrá su desempeño en 2018 bajo un entorno económico menos vigoroso, con condiciones operativas suficientemente buenas para sostener una calidad de activos buena, independientemente de recientes estándares.de colocación más agresivos de algunos bancos y estrategias de crecimiento oportunistas.

En 2018, Fitch espera que la desaceleración en los préstamos que comenzó en 2017 continúe, con un crecimiento del crédito local en el rango alto de un dígito. El índice de morosidad en todo el sector se mantendrá probablemente en el rango de 1.5% a 2.0%; es posible que la mayoría de los préstamos deteriorados recientemente provengan de segmentos minoristas. Las hipotecas y la construcción continuarán impulsando el crecimiento de los préstamos, con el segmento minorista desacelerándose potencialmente en alguna medida. En opinión de Fitch, el sistema está ahora un poco mejor preparado para manejar el deterioro de préstamos grandes, dada la experiencia adquirida con casos recientes de alto perfil.

La agencia no espera una influencia relevante del período preelectoral en 2018 en las perspectivas de crecimiento crediticio y desempeño de los bancos, dada la trayectoria de Panamá en las últimas dos elecciones presidenciales. Sin embargo, no se pueden descartar los riesgos reputacionales, teniendo en cuenta el entorno local desafiante y los eventos relacionados recientes.

Según la firma la rentabilidad estrecha continuará siendo el eslabón más débil en el desempeño financiero del sector, con poco espacio para mejoras a pesar de la tendencia leve al alza de las tasas de interés locales y, hasta cierto punto, de los márgenes. Además, un impacto ligero en los ingresos podría surgir de la Norma Internacional de Información Financiera (NIIF) 9 en 2018 debido a los mayores costos de crédito, lo que contrarrestaría la tendencia al alza en los márgenes y los ingresos netos.

El ROAA, según la calificadora, debería mantenerse cerca de 1.5% en 2018. Otro efecto de la NIIF 9 podría ser la reducción de las métricas de capital, aunque el impacto sería menor después de que los niveles de capital han mejorado ligeramente en los años recientes. Algunas entidades con niveles de capital ya débiles podrían ver sus indicadores de solvencia aún más restringidos. Fitch evaluará el alcance total de la implementación de la NIIF 9 en el primer trimestre de 2018.

Para Fitch, un marco regulatorio más estricto, junto con un crecimiento económico menor en 2018, podría provocar cierta consolidación en la industria. Además de la NIIF 9, otros cambios regulatorios serán efectivos en 2018, especialmente la implementación de un fondo de liquidez destinado a contrarrestar la falta de un prestamista de última instancia. Además, se adoptará el índice de cobertura de liquidez de Basilea III, así como nuevas reglas de riesgo operativo. En opinión de Fitch, el marco regulatorio y de supervisión está mejorando gradualmente, aunque persisten desafíos importantes.

En el 2017 Fitch, coló al sistema bancario panameño con una perspectiva negativa como consecuencia del deterioro de la calidad de varias métricas entre éstas la de los activos del sector bancario, con un índice de cartera vencida de 1.5%, aunque aún razonable y más bajo que el de otros sistemas bancarios en Latinoamérica.