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Seguridad del agua en América Latina depende de frenar su uso para la agricultura

El ministro de Desarrollo Agropecuario de Panamá, Jorge Arango, dijo ayer que la agricultura controlada es la única solución para combatir los efectos de la sequía en el país gracias, principalmente, a su alta rentabilidad.

Ricardo González J.

 (Ciudad de Panamá – ANPanamá). Los países de América Latina y el Caribe deben controlar el uso de los recursos hídricos en sus sectores agrícolas para garantizar la seguridad del agua, dado que el clima extremo está afectando cada vez más a las ciudades de la región, dijeron expertos reunidos en la ciudad de Estocolmo.

La agricultura representa un 70% del uso global del agua, con un consumo mayor que el de las industrias y los hogares, según Naciones Unidas. Aunque América Latina posee un tercio del agua dulce del mundo, 34 millones de personas en la región no cuentan con acceso al precioso recurso.

Eventos extremos como las sequías, las inundaciones y los huracanes están ocurriendo con más frecuencia e intensidad, afectando a más de una decena de ciudades de América Latina en los últimos tres años, mencionó Sergio Campos, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Buenos Aires, Sao Paulo y ciudad de Panamá ya han experimentado escasez de agua potable y electricidad, y mayores precios de los alimentos.

"Si vamos a arreglar algo en los próximos 20 ó 30 años, (el uso del agua para la agricultura), tenemos que revisarlo", dijo Fernando Miralles, director del Instituto Cooperativo para Clima y Satélites de la Universidad de Maryland,  durante la conferencia de la Semana Mundial del Agua en Estocolmo, según reporta la agencia Reuters.

Según la ONU, la demanda de agua se incrementaría en un 55% para 2050, principalmente debido a la creciente urbanización en los países en desarrollo.

En ese mismo período, la población de América Latina -un 80% de la cual vive en ciudades- se prevé, llegará a los 784 millones.

"La seguridad del agua para América Latina es un tema crítico para el desarrollo económico de nuestra región", precisó Campos. "A medida que crece la población, la situación empeora con el paso de los años", dijo afirmó.

América Latina tiene que encontrar soluciones de agua y energía usando un "enfoque más holístico y más pragmático" para lograr un desarrollo económico y preservar el bienestar de su pueblo, añadió el representante del BID.

Según Miralles, con un manejo efectivo del agua y de las represas hidroeléctricas, América Latina y el Caribe tienen el potencial de exportar el exceso de agua y energía a otras partes del mundo.

El ministro de Desarrollo Agropecuario de Panamá, Jorge Arango, dijo ayer que la agricultura controlada es la única solución para combatir los efectos de la sequía en el país gracias, principalmente, a su alta rentabilidad.

La agricultura controlada, que abarca distintos conceptos como las fincas verticales, las granjas y huertos urbanos, los cultivos hidropónicos o los simples y tradicionales invernaderos, registra importantes avances a nivel mundial, algo que no ocurre en Panamá.

Para impulsar este tipo de agricultura, que requiere una "significativa" inversión inicial que suele desincentivar a los pequeños productores, el Gobierno puso en marcha un sistema de préstamos agropecuarios al 0 % de interés.

La sequía que afecta a toda la región es especialmente grave en la provincia central de Los Santos, 300 kilómetros al oeste de la capital panameña, y aqueja principalmente a la ganadería.

El sector agropecuario representa en Panamá menos del 5 % de su Producto Interno Bruto (PIB).